Que el número de alumnos en el sector del e-learning crece cada año de manera exponencial no solo en España, sino en todo el mundo, no es ningún secreto. Según los últimos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, más de 120.000 personas estudian Bachillerato y Formación Profesional por esta vía y ese número aumenta hasta los 300.000 si hablamos de alumnos de universidades públicas y privadas que han optado por obtener un título sin pisar un aula.
Esta cifra sería todavía mayor si sumamos a las personas que estudian enseñanza no reglada, formación ‘in company’ que les proporciona la propia empres en la que trabajan, los que cursan másteres en instituciones privadas, cursos de idiomas, MOOCs… Desde el primer día, esta modalidad de formación no ha dejado de ganar adeptos por sus claras ventajas. Vamos a repasar algunas de ellas.
El canal online para la formación es idóneo para las personas que no tienen fácil el acceso a un aula física, bien porque poseen un trabajo que les obliga a viajar con cierta frecuencia, bien porque viven en entornos rurales alejados de los núcleos de población donde se imparte la formación que les interesa.
Un mercado cada vez más grande
Aquí vemos una vía de crecimiento para todas las empresas de formación: la posibilidad de llegar a un mercado, que antes simplemente no existía. Antes de la eclosión digital, cuando todavía no existía el canal online para la educación y la formación, las personas que por razones de trabajo viajaban mucho, simplemente se resignaban a no seguir formándose, al igual que la personas que vivían en entornos rurales alejados de las ciudades o las que no encontraban en su ciudad la formación que necesitaban y buscaban. Ahora todas esas personas pueden acceder a la formación a través del canal online, por lo que desde nuestro centro de formación podemos captarlas como clientes, por muy lejos que estén.
Pero la formación online, también recibe críticas por parte de los nostálgicos, alérgicos al cambio que prefieren cerrar los ojos para no tener que adaptarse a los tiempos que vienen. (La adaptación a los nuevos tiempos es una cuestión de supervivencia; aquellos que no quieran o no sepan adaptarse, simplemente morirán). Y esa crítica viene por la calidad de la formación y la soledad que sufre el alumno. Vamos a desmotar estas críticas.
La calidad de la formación
La calidad de la formación no tiene que ser menor que en la formación presencial; al contrario, puede ser incluso mayor. Para impartir formación online, el profesor o la entidad que la imparte está obligada a hacer uso de multitud de recursos multimedia, interactivos, simulaciones… Se trata de suplir la figura del profesor presencial por otros medios más atractivos y que no dejen lugar a la duda.
Pero es que, si surge la duda, están las tutorías. Muchos centros académicos y de formación han implantado ya la figura del asesor académico o tutor para cada estudiante. Esta figura es la encargada de resolver las dudas, generalmente en menos de 24 horas, dinamizar la relación entre los alumnos creando grupos, tareas colaborativas y organizando webinars, ponencias, talleres…
La soledad del alumno
Otra de las críticas que se hace a la formación online es que el alumno puede sentirse solo frente a la pantalla. Ante esto debemos hacer una reflexión. Esto es una cuestión generacional. Los no nativos digitales entienden la soledad como la situación en la que una persona no tiene cerca a otra. Pero los nativos digitales no necesitan tener al lado a otra persona para sentirse acompañados y explico por qué:
Las personas mayores de treinta años recuerdan su infancia y juventud en la calle, jugando con sus amigos. Pero los menores de treinta años no han disfrutado de la compañía de los amigos presenciales tanto como sus padres y no ven la calle como su hábitat natural; muchas veces dejan de estar en la calle con sus amigos y se emplazan a seguir disfrutando de ellos, pero cada uno en su casa jugando en línea con las videoconsolas. Esta generación no asocia estar solo frente a una pantalla con sufrir una situación de soledad. Y no nos engañemos, esta generación es la que acude y acudirá a las aulas virtuales. Esta generación representa el futuro del sector. A esto se llama adaptarse a los nuevos tiempos.
Formación ‘in company’
Por último, está la formación ‘in company’, la que se desarrolla específicamente para las empresas. Y aquí la el canal online es también idóneo por dos motivos:
- Los alumnos trabajadores se conectan en los momentos que más les interesa, sin perjuicio del horario de trabajo.
- Toda la plantilla de una compañía recibirá la misma formación independientemente de donde esté ubicado el puesto de trabajo, ideal para empresas con delegaciones en distintas ciudades y países.
Ya no queda ningún gestor de centro de formación que no tenga claro que debe subirse al carro de la formación online para no morir. El problema está en no dejarlo para cuando ya sea demasiado tarde.